viernes, 15 de agosto de 2014

ESPEJISMO DE LA FAMA 1



ESPEJISMO DE LA FAMA 1
























José de Cádiz





Aquella tarde, Rosa Elvia estaba dispuesta a cambiar su vida. Estaba harta de ser una estudiante mediocre de economía en la universidad estatal.

Acudió optimista y decidida al anuncio en el periódico en donde solicitaban modelos. Se puso su mejor vestido con un escote muy sexy. Se miró al espejo y se dijo a sí misma:

-No estás nada mal Rosa Elvia, con un poco de suerte y dos gramos de astucia, puedes llegar a donde tu quieras.

Frente a la puerta de aquel lujoso edificio tuvo un momento de duda.  Pero su imagen reflejada en la vidriera de enfrente la conminó a seguir adelante.

Sólo tuvo que esperar unos minutos con la recepcionista.  Pronto vio salir a una chica despampanante, y por su aspecto sonriente, supuso le había ido muy bien en la entrevista: “CONTRATACIONES ARTÍSTICAS S.A. de C.V”

Abordó a la chica llena de curiosidad:

-Oye amiguita, yo también vengo por lo del anuncio en el periódico, ¿qué te dijeron?

-Bueno, mira, me caes muy bien.   Trabajo de cigarrera en el Hard-Rock café. Me llamo Lilián, y a mí me invitó aquí " la Barbi", un travestí que trabaja en el bar “Tequila”. Y, la verdad, no está nada mal lo que ofrecen en esta empresa; ¡imagínate!, hasta carro me ofrecieron.  Si me contratan, claro, y según ellos si doy la medida y acepto sus condiciones.

-Condiciones, ¿cuáles?

-De eso me hablarán mañana, seguramente contigo hablarán lo mismo,  ¿cómo te llamas?





-Rosa Elvia, estudio economía en la Universidad.   La verdad  es que ya me harté, y con eso de que hay tanto desempleo a nivel profesional, esto no tiene mucho futuro.

-Claro, ya verás que aquí vamos a contar billetes pero a lo grande. Mañana te presentaré a la “ barbi”, él sabe mucho de la “artisteada”, y puede que hasta nos represente. Chao querida!!

Las palabras de la improvisada amiga la llenaron de ánimo y cruzó el umbral de aquella puerta dispuesta a conseguir el éxito y la fama...

El tipo la miró de arriba abajo midiéndola calculadoramente; tuvo que reconocer que la chica tenía una figura superenvidiable. La interrogó:

-¿Has trabajado antes de modelo?

-No, nunca, pero tengo esa inquietud, mis amigos me han dicho que pruebe suerte en el modelaje.


-Claro, ya verás que aquí te haré famosa. Sólo que tienes que aceptar algunas condiciones y... no sé si tú.

-¿Qué tipo de condiciones?

-Bueno, mira, esa pregunta te la contesto con otra pregunta ¿qué tantas ganas tienes de triunfar?

-Muchas, tengo muchos deseos triunfar.

-¡Estupendo! Esa es la formula del éxito “tener muchos deseos de triunfar”, sólo que hay que pagar el precio, ¿estás de acuerdo?

-Bueno sí, pero…

-¡Nada niña! No hay pero que valga, te espero mañana a las 5 en punto. Te llevaré a una reunión en donde te presentaré a 2 promotores artístico, tú sabes gente del medio muy bien relacionada.  Vístete superguapa y llámame Arnoldo.

Se veía simpático el tipo.  Era guapo además y muy seguro de sí mismo; le gustó su espontaneidad.  Se despidieron como dos grandes amigos.




 Llegó a su casa feliz y entusiasta, tanto que su mamá le hizo un comentario:

-Y ahora tú, te sacaste la lotería?

-¡Mejor que eso mamá, mejor que eso, ya verás!

Esa noche Rosa Elvia se soñó en los cuernos de la luna. Se veía a sí misma en una pasarela portando modelos exclusivos parisinos, y luciendo un carrazo del año que era la envidia de sus amigas.

Amaneció optimista y decidida. En punto de las 3 de la tarde se puso un vestido nuevo que compró gastándose todos sus ahorros. Se esmeró en maquillarse.

Llegó puntual a la cita, ya la esperaban Lilián y la tal “Barbi”, que resultó un extrambótico travestí más femenino y sensual que Brigitte Bardot en sus mejores tiempos. Al verla la increpó:

-¡Ay chulis! La verdad es que no te duele nada, con ese cuerpo y esa cara llegarás a donde tú quieras – expresó la "Barbi" agitando las manitas como mariposa en despegue.





Lilián sonrió complaciente y asintió con la cabeza. Le caía bien la chica, y pensaba que “La barbi”, sería un magnifico representante para ellas seguramente.

Por su parte, Arnoldo era un tipo atractivo y masculino, que bien podría ser el sueño dorado de cualquier chica. Sus ojos verdes y brazos fuertes habían impresionado a Rosa Elvia desde el primer momento. Una vez dentro de la oficina las abordó diciendo:

-Pues bien chicas, ustedes lo tienen todo para triunfar: porte, clase y una excelente figura.  Estoy seguro que los diseñadores se pelearán por ustedes cuando las dé a conocer. El mundo de la moda es muy severo y exigente pero bien recompensado.   No se arrepentirán, pero tienen que despojarse de prejuicios, y ser amables y condescendientes con todo mundo. Esta noche les presentaré a 2 promotores que aquí en confianza son muy influyentes.  ¿Saben?, ellos han encumbrado a mucha gente del que medio, que ustedes conocen seguramente.

Las chicas no dudaron ni un momento en sus palabras. Se veía tan convincente, tan experto en la materia que... la “barbi” las animó diciendo:

-¡Ay manita, están la oportunidad de su vida! ¡Qué lástima que yo no tenga lo que ustedes!

Para finalizar Arnoldo puntualizó:

-Ya verán que gente más interesante son estos señores. Por favor sean amables con ellos y puede que hasta ahí mismo les firmen un contrato. Pasemos a la sala a tomar un café, puesto que vamos a trabajar juntos, es necesario entrar en confianza.  Háblenme de ustedes, por favor, soy todo oídos.

Rosa Elvia y Lilián se explayaron contándole sus penas y condenas, sus ambiciones y desengaños. El tipo las escuchaba atentamente, de vez en vez asentía con la cabeza, otras se limitaba a sonreír con cortesía.

En punto de las 8 de la noche enfilaron por una avenida en un lujoso automóvil. Acapulco de noche luce espectacular. Llegaron a una suntuosa residencia en la colonia Las Brisas. La casa era elegante y de buen gusto iluminada con lámparas tenues.


Atravesaron un espacioso jardín, en donde fueron recibidas por un portero estirado, quien las condujo a una enorme sala adornada con muebles finos y cuadros llamativos. Se escuchaba una música discreta. Las chicas se distrajeron por un momento observando los cuadros de la Maha vestida, la Maha desnuda, Marilyn Monroe, Frida Kahlo, etc., etc. Rosa Elvia se juró a si misma comportarse esa noche en forma audaz y despreocupada. “Ahora o nunca”, se decía.





Tomaron asiento y el mayordomo les ofreció:

-¿Café o una copa?

Rosa Elvia y Lilián deslumbradas por el ambiente y queriendo parecer mujeres de mundo contestaron:

-Un jaibol por favor.

“Mientras llegan los señores” -agregaba Arnoldo.  He iniciaron una plática interesante sobre casas de moda en Europa, alta costura.  Arnoldo, juraba ser descendiente directo de Coco Chanel y amigo de todos los diseñadores de moda.

En punto de las 11 de la noche llegaron los empresarios acompañados de un tercer elemento con acento extranjero, muy parecido al actor italiano Marcelo Mastroiani. Todos impecablemente vestidos.

Sin protocolo, pero con elegancia, las abordaron:

-¿De manera que quieren ser modelos?

Rosa Elvia y Liliám contestaron al unísono:

-S, sí señor.

-Muy bien niñas, muy bien, nos encanta la gente que tiene ambiciones.

Otro más agregó, “ojalá tengan talento”, y continuó-:

-El modelaje es una carrera muy bien pagada pero que exige sacrificios. A propósito, ¿saben en dónde pasan la mayor parte del tiempo las modelos?, en un estudio chicas, en un estudio ¡como aquel! –señalando una enorme sala equipada con luces y aparatos. Supongo, Arnoldo, que ya les hablaste de la prueba de fotogenia.





Arnoldo mintió deliberadamente, contestando:

-Sí, desde luego, -mientras mascullaba al oído de las aspirantes: "Es el momento chicas, casi ya las están contratando."

¡Fabuloso! –exclamó el empresario- ahora pasemos a conocer el estudio. Siéntanse como en su casa nenas, recuerden que en este negocio es muy importante la confianza.


Cómodamente instaladas observaron por un momento el lugar.  Todo parecía perfecto y sofisticado.  Llegó al estudio: Carmina, una chica sonriente y gentil. Era fotógrafa profesional, muy joven, inspiraba confianza. A leguas se veía que conocía a fondo el oficio. Se dirigió a Arnoldo, diciéndole:

-Lo siento cariño, tendrás que salirte, las chicas son debutantes. También tú sodomita –dirigiéndose a “Barbi”-, quien protestó:

-¡Ay corazón pero si somos sirenas iguales!  ¿Qué tienen ellas que no tenga yo?

Las chicas sonrieron divertidas. Se sentían relajadas y contentas, pues desde que el mayordomo les había servido una copa, experimentaban una extraña pero agradable sensación, sus ideas eran lúcidas y claras.  Pero lo más importante, se sentían completamente desinhibidas. ¿Acaso era por las luces y elegancia del estudio? Lo que fuera, algo extraño y mágico estaba pasando.

-Bien, niñas –dijo Carmina- ¡Desnúdense las quiero en puro bikini! Al fondo está el tocador, pueden retocarse.





-¡Traemos tanga! –exclamó Lilián.

-¡Perfecto! En este negocio la ropa sobra querida.

En 15 minutos las jóvenes estaban listas prestas y dispuestas para la sesión. El pelo suelto les daba un aire leonino y sensual. El rostro perfecto, en donde resaltaban unos labios carmesí. Su piel blanca y aterciopelada emitía un magnetismo casi animal.


Pero veamos por un momento qué está sucediendo en otra sala privada de aquel estudio: Hay música, revistas, y enormes monitores por doquier. “La barbi”, y Arnoldo, practican el arte de la sodomía. El travestí lame goloso el largo miembro de Arnoldo en un sillón.  El tipo se retuerce de placer mientras empuja con fuerza el rostro de “Barbi” hacia su pene.  Los dos no pueden evitar profundos gemidos de placer en una escena lasciva y brutal.

Mientras tanto, Carmina con cámara en mano, ordenaba a las chicas en otra sala:

-¡Adelante Lilián! Serás la primera.  Te daré ese privilegio.

Lilián salió del tocador y se encaminó muy felina y sugerente hacia el centro del estudio. Parecía toda una artista de la pose. Se tendió sobre una alfombra roja cuan larga era. Mientras tanto, la fotógrafa accionaba el obturador, exigiendo:






-De rodillas nena... con el pelo hacia atrás... ¡sonríe niña!...levanta la pierna derecha, muy bien chica, muy bien.  ¡Excelente!. Ahora viene la prueba de fuego... sin... tanga.



Continuará...

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